Los Ovos Moles (huevos blandos) es un dulce típico de Aveiro, la Venecia portuguesa. La receta fue creada por las monjas del Convento de Jesús fundado en 1458, y que hoy en día es el Museo de la Ciudad.
Museo de la Ciudad (Aveiro)
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La receta surgió por dos factores. El primero era que las monjas eran pagadas por los arrendatarios de las tierras del convento con trigo, gallinas y huevos. Se dice que ellas no comían huevos en señal de abstinencia y por los votos de pobreza que habían jurado. El segundo factor fue que en el siglo XVI el rey Manuel I de Portugal donó al convento un excedente de azúcar proveniente de Madeira. Así con estos dos ingredientes, huevos y azúcar, las monjas crearon la receta de los Ovos Moles. Cómo era un producto muy energético, las monjas lo utilizaban para tratar a los enfermos.
A principios del siglo XX, y debido al auge del turismo en la zona, se empiezan a vender. Fue entonces cuando la pasta de yemas se vende dentro de obleas con formas de barriles o formas marineras como peces, caracolas o conchas. También se empezó a vender en barriles de madera o cerámica decorados con dibujos característicos de los moliceiros, barcos de pesca típicos de la zona. Se recomienda comprarlos en la zona del Rossío, junto al Canal Central, ya que para disfrutar de su sabor y que no estén duros, hay que comérselos antes de que pasen 48 horas desde su elaboración. En Madrid, se pueden comprar en la cafetería portuguesa del Mercado de San Miguel, aunque presupongo que no serán frescos.
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